¿Por qué el mar es salado?
Desde que tenemos uso de los sentidos y manejamos a la perfección la distinción de los sabores, sabemos que el mar es salado, pero en algún momento nos hemos detenido a preguntarnos ¿por qué? Algunos más que otros disfrutan sumergirse en ese grandioso mar de olas, llenándose de arena y sal durante varias horas.
Recuerdo que, en el colegio, había una materia llamada ciencias de la tierra, allí nos explican los fenómenos que ocurren en la tierra, y los procesos que ocurren durante cada uno de ellos. Tal vez si no prestamos mucha atención, no nos dimos cuenta de que esa respuesta fue respondida en una clase de esas. Pero no estoy aquí para reprocharte el que no hayas prestado atención, solo para refrescarte un poco la memoria y afianzar tu conocimiento.
Responder a esa interrogante es sencillo, se podría resumir así: la sal del océano procede de las rocas que se encuentran sobre la tierra. Así es como se origina el mar salado, ¿muy simple verdad? ¿Pero recuerdas el proceso que hay detrás de todo eso?
El agua, al evaporarse y precipitarse, recoge el dióxido de carbono disuelto que se encuentra en el aire, esto causa que la lluvia se vuelva ácida, ya que contiene ácido carbónico (el cual se forma de la mezcla del dióxido de carbono y el agua). Esta lluvia acida erosiona las rocas lentamente, el ácido se disuelve sobre los minerales que la componen y posteriormente se liberan iones, los cuales se depositan en los arroyos y ríos hasta llegar a los océanos y mares.
Con esto concluimos que la salinidad del agua proviene de los diferentes minerales disueltos en el proceso de ruptura de las rocas, de la corteza terrestre al enfriarse, de las erupciones volcánicas, de las lluvias, y de las corrientes que transportan agua cargada de minerales y otros compuestos hacia el mar.
Es importante tener en cuenta que la tierra es el único planeta del sistema solar que contiene en su superficie, agua en estado líquido, sus los mares y océanos cubren aproximadamente el 70 % de su superficie. El agua contenida en los mares y océanos contiene, como media, sólo un 3,5 % de sal (35 gramos por litro), además de una pequeña cantidad de otros minerales disueltos, pero esa pequeña cantidad es suficiente para que no sea saludable beberla.
Es así como nace la belleza natural que hoy en día conocemos como “Mar”; y es nuestro trabajo cuidarlo, evitando contaminarlo con basura, desechos tóxicos, comida, entre otros; que impidan el curso de su ciclo de formación normal. El mar es un monumento natural en donde podemos relajarnos, compartir con nuestros familiares, practicar algún deporte; por eso es importante mantenerlo limpio, fuera del alcance de los agentes contaminantes.
Aunque no te guste la salinidad del agua del mar, esta es la que le da sus propiedades beneficiosas para la salud, especialmente para la piel, además un paseo a la orilla de la playa es una de las cosas más relajantes que puedes experimentar.